José María Suárez González

Mantenedor 1976

José María Suárez González

Mantenedor 1976

Foto: Memoria Histórica del Festival Nacional de Exaltación del Botillo

Abogado y político, José María Suárez González llegó en 1976 a la alcaldía de León. Y fue uno de los embajadores de la fiesta de exaltación del embutido ‘rey’ en sus orígenes, en la cuarta edición.

En Bembibre no pasó por alto la dependencia del carbón, una localidad que se ha convertido en «centro de una amplia zona minera», según recoge la Memoria del Festival del Botillo. Para expresar su admiración hacia estos trabajadores que «alumbran oscuridades, que abren vetas minerales; que arrancan la energía soterrada para ofrecerla a los demás, atrayéndonos luz, llama y calor».

Esa fue la descripción que, a grandes rasgos, hizo en su discurso previo, como es habitual en las tres ediciones anteriores, a la degustación del botillo. Un embutido del que no se olvidó, con dignificación incluida, «labor de los caballeros de esta tierra» que se han encargado de «elevar a rito el condumio», además, de forma festiva, generosa y con alegría.

«Que cumpla todas las bodas habidas en la cronología de los tiempos con la misma euforia».

Foto: Memoria Histórica del Festival Nacional de Exaltación del Botillo

Abogado y político, José María Suárez González llegó en 1976 a la alcaldía de León. Y fue uno de los embajadores de la fiesta de exaltación del embutido ‘rey’ en sus orígenes, en la cuarta edición.

En Bembibre no pasó por alto la dependencia del carbón, una localidad que se ha convertido en «centro de una amplia zona minera», según recoge la Memoria del Festival del Botillo. Para expresar su admiración hacia estos trabajadores que «alumbran oscuridades, que abren vetas minerales; que arrancan la energía soterrada para ofrecerla a los demás, atrayéndonos luz, llama y calor».

Esa fue la descripción que, a grandes rasgos, hizo en su discurso previo, como es habitual en las tres ediciones anteriores, a la degustación del botillo. Un embutido del que no se olvidó, con dignificación incluida, «labor de los caballeros de esta tierra» que se han encargado de «elevar a rito el condumio», además, de forma festiva, generosa y con alegría.

«Que cumpla todas las bodas habidas en la cronología de los tiempos con la misma euforia».