El nombre de Antonio Díaz Carro permanece ligado al embutido por excelencia, el botillo. Abogado, secretario de la Cámara de Comercio de León y, muy especialmente, estudioso y conocedor del pasado histórico de Bembibre.

Fue protagonista en la primera edición cuando el comité organizador del evento le pidió que dirigiese unas palabras al público. Nació, de este modo, la figura del mantenedor.

Un año más tarde, Díaz Carro volvió a repetir en el cargo de mantenedor en este evento recién nacido que ponía ya las miradas en convertirse en una celebración gastronómica relevante más allá del municipio de Bembibre.

Según destaca el libro de Manuel Olano Pastor, Memoria Histórica del Festival del Botillo de Bembibre, en el apartado dedicado al discurso de los mantenedores, dice literalmente:

En el I Festival Antonio Miguel Díaz Carro cautivó a los asistentes con un interesante discurso sobre la villa y su riqueza artística y monumental, centrando su exposición en la tradicional Salida del Santo Ecce Homo, “en cuyo honor hoy nos hemos congregado para rendirle homenaje y reverencia”, enfatizando los valores patrimoniales e iconográficos de su Santuario. Adelantándose al tiempo, ya presagiaba en esta edición inaugural “el significado que de ahora en adelante va a tener esta fiesta del Botillo en Bembibre”.

La buena acogida que tuvieron las emotivas palabras de Carro al esbozar la semblanza de Bembibre y su voluntariedad para ejercer como pregonero, llevaron a la comisión organizadora a invitarle al II Festival, ahora ya oficialmente como mantenedor. Haciendo en este caso un repaso de la evolución histórica de Bembibre y un análisis de la favorable situación socio-económica que se estaba viviendo en la Cuenca del Boeza por aquel entonces.